DATOS DEL CONCIERTO
Artista: Marwán
Gira: Canciones para una urgencia
Festival Empremtes
Fecha: 19 de enero de 2024
Lugar: Sala Apolo
Fotografías: Eva Ortiz | Crónica: Yolanda Llopis
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Marwán. Un botiquín lleno de canciones.
Cita de viernes con este narrador de historias que es Marwán. Presenta en la sala principal del Apolo su último trabajo “Canciones para una urgencia (20 años)”, dentro de la 3ª edición del Festival Empremtes.
El título del álbum me recuerda mi propia urgencia por conocer este cancionero en directo, ya que, pese a ser una selección de ni más ni menos que 20 años de carrera… ¡es la primera vez que voy a ver a Marwán en concierto! Si, lo sé… imperdonable. Pero si, también he aprendido… nunca es tarde, y entro en el Apolo contenta por ello.
15 minutos antes del inicio, sombrero de cowboy y guitarra en mano, es Lucas Álvarez de Toledo, Pez Mago, quien abre la noche con 3 temas y un poema que habla de “Piscinas vacías”. Intento escucharlo por encima de las voces que a esa hora van acabando de llenar la sala. No sé si se es consciente de lo incómodo que resulta tener que esforzarse en escuchar a un músico en directo, cuando la gente habla como si estuviera de copas en un pub. Por no hablar de la falta de respeto hacia el artista. Pero vaya, qué sabré yo. En cualquier caso, para quienes se quedaron con ganas de más, el 8 de marzo, Pez Mago estará actuando en la New Fizz.
Pez Mago se retira de un escenario, lleno de bucólicos globos azules que flotan en el aire sin acabar de escapar, y apenas 7 minutos después regresa, esta vez junto al resto de músicos que acompañan a Marwán en esta gira iniciada en Murcia a finales de octubre: Iñaki García al piano, Txarlie Solano al bajo, Kike Fuentes a la guitarra y Toni Pagès a la batería.
Marwán entra como un huracán de energía desde el minuto, qué digo, desde el segundo uno del show. Vestido con un traje de cuadros, canta, baila, nos mira, saluda, suda, bromea, conecta con todos de una forma arrolladora toda la noche.
Dice Marwán que sus canciones son como un pequeño botiquín al que recurrir para sentirse mejor. Y estamos ávidos por sanar un ratito el corazón, así que no hay tiempo que perder, y como si tuviéramos a un chamán en el escenario, el madrileño nos va transmitiendo dosis de emoción.
Me pregunto cómo debía ser en directo ese Marwán que me he perdido. Lo imagino inseparable a su guitarra. Pero hace un par de años, en NY, una bicicleta acabó con esa imagen. Tras un atropello y mucha recuperación, y sin terminar de tener el brazo en condiciones, el Marwán más showman y bailongo se ha convertido en el mejor aliado de sí mismo. O tal vez la traducción de su nombre, de origen árabe, ya nos podía dar alguna pista: fuerte como una roca, un auténtico Rolling Stone. Solo faltaba liberar a ese Mick Jagger que llevaba dentro.
Y a falta de guitarra, damos fe que lo consigue, porque se mueve de un lado a otro sin parar, micro en mano, del público a los músicos, de los músicos al público, con los pasos y movimientos imposibles de quien se siente totalmente libre y dueño del lugar.
En el disco, las viejas canciones cobran nuevos matices según el enfoque que le dan los artistas invitados, nombres como Jorge Drexler, Rozalén Andrés Suárez o Pedro Guerra entre otros. En el directo, también este nuevo Marwán las pinta de un color absolutamente vibrante y enérgico.
El repaso a estas 2 décadas a corazón abierto empieza con “El viejo boxeador”, toda una declaración de intenciones. No vale rendirse, si la vida da golpes, toca levantarse mil veces.
Tras la presentación de la banda y “Cómo hacer que vuelvas”, llega “La reina del Jäger”, que en álbum toca con Coti y que esta noche suena potente y rockera.
“Animales” nos regala un momento divertido, cuando la interrumpe para leer 2 carteles con purpurina que sobresalen en 2ª fila. Uno reclama un beso para la amiga que ha escuchado más de 6.000 minutos de su música en Spotify. El otro indica que ella es la amiga. Marwán responde cantando que está su esposa entre el público, y sale airoso de la situación lanzando besos a distancia.
Los temas se suceden con la misma energía. “La ecuación”, “Carita de tonto” “Necesito un país”, rapeando justicia social por los poros, o “Pensábamos que el amor” con su estribillo pop teñido de fina ironía que todos coreamos: “el amor es solo una fiesta”.
Precisamente esta es una de las 2 únicas canciones nuevas del disco.
Tras “Renglones torcidos”, que iluminamos balanceando nuestros móviles en lo más alto, llega el momento de piropear a Barcelona para declarar el amor por su Madrid. Y es que ciertamente quién no se enamora de esa caótica, cercana y orgullosa mujer que no conoce el mar, de piernas color de las aceras, que se emborracha fácilmente y que siempre encuentra abierto un bar. “Puede ser que la conozcas” hace que nos hable en catalán, con jerga futbolística aprendida de niño con vídeos del diario “Sport”.
Finalizada la exhibición de “aturades”, “pilotes al pal” y “arbitres fills de puta”, cambio de registro, aunque no de idioma, porque en catalán empieza a cantar la primera estrofa de la maravillosa y sobrecogedora denuncia que es “Meninos da rua”.
“Canciones para una urgencia” nace precisamente por temas como éste, que se remontan a los primeros años del artista, cuando no era tan conocido. Temas que quizás habían quedado algo escondidos y que merecían ser rescatados para que ahora, que somos muchos más en la corte del príncipe Marwán, podamos disfrutarlas.
El concierto avanza con la entrega intacta. “Seguiremos”, “Las cosa que no pude responder”, enésima canción a su exnovia, que en el disco canta con Rozalén y en el Apolo absolutamente todos, “La vida cuesta” o “Canción de autoayuda”
Marwán es de padre palestino, y aunque quizás suene ingenuo pensar que la música puede ayudar a conseguir la paz, si puede servir al menos para unirnos en un sentimiento único y universal, para reconfortarnos, para empatizar… o para contar que Palestina sufre y que todos los pueblos tienen derecho a ser reconocidos como patria.
Cuesta no emocionarse al escuchar en primicia la “Nana para Palestina” que estrena esta noche, una oda que acaricia el miedo y la pena de quienes están sufriendo, y que ha donado íntegramente a UNRWA para que todo lo recaudado se destine a ayudar a los refugiados palestinos.
A la noche todavía le queda una sorpresa no menos emotiva y llena de ternura, la doble petición de matrimonio de Amanda y Laia. Un momento para constatar la conexión que podemos experimentar las personas, y que en este caso hizo su magia para que cada una por separado escribiera a Marwán y le pidiera subir al escenario para declararse a su pareja.
“Conviene saber” viene seguida de un breve descanso para retomar el final con más fuerza, si cabe, aunque la carga emocional e intensidad que llevamos a estas alturas difícilmente va a apagarse, ni aun cuando ya estemos de vuelta a casa repasando la noche en nuestros móviles, o en lo más profundo de nuestro ser.
“Un día de estos”, su canción más escuchada”, y esos “5 gramos de resentimiento” dedicada a todos los haters ponen, ahora sí, el punto final a una noche única. La noche en la que entré al Apolo con una urgencia, de la que tal vez no era del todo consciente: abrir en directo el botiquín de canciones de Marwán.