Barcelona, 25 de noviembre. Día internacional de la No Violencia a la mujer. Manifestaciones multitudinarias por todo el país, y una vez finalizada, me dirijo a la sala Razzmatazz de la ciudad condal para gozar de The Waterboys, dentro de la 21 edición del Festival Mil.lenni.
Los británicos, con más de cuarenta años de trayectoria, llegan a la capital catalana para presentar su último disco «Where the action is». La banda, liderada por Mike Scott son un gran referente dentro de la historia del rock y hoy, su público, el cual la mayoría habrá crecido con su música, viene a darles su calor y a mostrarles su gratitud.
Accedo a la sala cerca de las nueve de la noche. Ésta presenta un lleno cómodo, ese lleno que te permite bailar sin preocuparte de recibir empujones o de darlos sin querer. Mientras esperamos el inicio del show, aprovecho para poner todo a punto y anotar todo aquello que fuera necesario ser contado. Hoy intuyo que va a ser una gran noche rockera.
Cuándo menos me lo esperaba, las luces se apagan y aparece la banda al completo en fila y ovacionada para tocar «When ye go away» y tras ella, el solo celta, ya característico, de mandolina acompañado por las palmas, introduce a la mítica «Dunford’s Fany» que hace bailar a todos los presentes. ¡El tema se acaba con unas perfectas voces de las coristas y un “¡Buenas tardes, Barcelona!» de Mike Scott.
Antes de «Fisherman’s blues», Scott presenta a la banda con Steve Wickham a la mandolina, Ralph Salmins a la batería, al teclado Brother Paul, al bajo Aongus Ralston y las impresionantes coristas Jess Kav y Zeenie Summers.

Tras una pequeña interacción con el público, nos adentramos en su último disco, en concreto en el tema que le da nombre «Where the action is». En él demuestran que aún les queda mucho rock por dar. ¡Qué ganas tenía de verles!
Con «If the answer is yeah» seguimos la fiesta rockera; le acompaña «The whole of the moon» con un Mike en el teclado, con Jess y Zeenie a mitad del escenario para animar a todos a dar palmas y cantar el final de uno de sus éxitos. Sin apenas un descanso, nos metemos de lleno con «Old England» para rematarnos de emoción.
Mike vuelve a la guitarra para «Still a freak» y con un pedazo de solo de Jess. ¡Sin palabras estoy y boquiabiertos nos deja!

Os voy a confesar la admiración que tengo por todos aquellos que tocan de forma magistral la guitarra eléctrica y esta noche, con Mike Scott sobre el escenario, he vuelto a vivir esa sensación de cuando nos regalan un solo y me quedo embobada. Con ese final de «Still a freak» lo ha conseguido.
Tras una segunda presentación de la banda, Brother Paul (teclado) se marca un pedazo de solo en mitad de «Nashville, Tennesse». Están demostrando que son la leyenda viva mundial del rock. Con «Medicine bow» y «Ladbroke Grove Symphony» nos adentramos al rock más auténtico de los británicos. Servidora sigue maravillada y sorprendida por ese «lleno cómodo» el cual me parece poco para The Waterboys.
Después de cubrir conciertos de género muy diferente entre ellos y muy alejados de mí, vuelvo a mi «mundo ideal» y no hay mejor manera que hacerlo con ellos.
De la mano de «This is the sea» me hace recordar por qué me gusta el rock. Con esta canción sale mi niña interior, aquella que quiere cantar, bailar, saltar y no dejar de sonreír a pesar de ser una balada.
«Rosalind (you married the wrong gay)» no podía faltar esta noche para ser bailada en la Razzmatazz. Es entonces cuando nos quedamos a solas con Ralph Salmins, efectivamente, con el batería y aunque parezca increíble ha tocado él solo «Blues for baker«. Sin palabras, una vez más, se ha quedado quién suscribe estas líneas.
Sin tener tiempo para asimilar lo que acaba de pasar, vuelve la banda británica íntegra para tocar «We will not lovers» y yo sigo asimilando todo lo ocurrido. Qué manera de hacer música, de enamorar, de tocar, de transmitir, de saber estar, de disfrutar. Qué necesario es el rock en este mundo y que terapéutico es vivirlo así.
Scott y Wickham se quedan solos en el escenario para interpretar con guitarra y mandolina «The pan cuithin». Efectivamente, Steve Wickham no se iba a ir sin su sólo, obviamente, no ha decepcionado.
«Morning came too soon» y «If my time on earth» ponen el broche de oro antes de que la banda se despida por primera vez esta noche. Tras unos minutos de descanso y el, ya clásico, «otra, otra». The Waterboys vuelven con un solo celta de Wickham y Scott en el teclado interpretando «A girl calles Johnny».
Este lunes termina con «How long will I love you?» y servidora se va a casa con ganas de escribiros, contaros que esta noche ha sido espectacular. Pocos artistas hacen que me dejen sin palabras y ellos lo han hecho. Llevo todo el camino de regreso a casa pensando si mis palabras suenan muy fangirl o no me expreso lo suficientemente bien como para trasladaros lo que me han hecho sentir esta noche. Hacía mucho tiempo que un grupo, banda o artista no conseguía ponerme la piel de gallina en cada uno de sus temas. Espero alcanzar mi propósito y que la mágica noche de este lunes la hayáis vivido como yo tras leer este texto y os haya contagiado lo feliz que me he sentido esta noche.