Salvador, el ganador que tanto se queja del circo de Eurovisión, ofreció la cara más espectacular del jazz en su primera visita a Barcelona tras coronarse con el eurotriunfo hace ahora más de un año. Muescas, movimientos espásmicos y chascarrillos, tan típicos por otra parte de Sobral, se sucedieron en un recital que duró casi dos horas y en el que se interpretaron trece temas. El artista más internacional del panorama alternativo portugués regaló a los asistentes un derroche de actitud y personalidad aderezado con unos arreglos que acabaron en una gran ovación.
En un marco idílico como el que ofrece el Festival Jardins de Pedralbes,y pasados cinco minutos de la hora prevista, comenzaba el concierto. Directo, sin preliminares, Salvador y sus tres músicos salieron al escenario para interpretar los dos primeros temas ‘Change’ y ‘Cerca del mar’, su último single en el que el portugués canta en Español. Y es que los idiomas no son un problema para Sobral. A partir de la tercera canción, con los motores ya en marcha y la maquinaria engrasada, el intérprete de ‘Amar pelos dois’ comenzó a interactuar con el público en catalán y castellano. Hay pensar que gran parte de su formación tuvo lugar en el “Taller de Músics”, toda una instituciòn en Barcelona, ciudad en la que vivió unos años antes de volver a su Portugal natal.
Salvador sabe qué hacer para gustar. Como si de un pequeño joven Raphael se tratase, se mueve por el escenario con carisma y carácter. Tras una aparente timidez, se esconde una mente brillante, que desafía las leyes clásicas de la dinámica musical. Gorgoritos imposibles que quedan patentes por ejemplo en el final de ‘Loucura’, un poema musicado de Fernando Pesoa que arrancó el primer gran aplauso del público. Y eso que no habían podido realizar una gran prueba de sonido, ya que según comentó el propio Sobral, “l’avió avui s’ha retrassat”.
Tocar en Barcelona, es para Salvador, tocar “en casa”, así que entre los asistentes habían compañeros de sus años en la ciudad así como el compositor Leo Aldrey, autor de diferentes temas. A medida que avanzaba el concierto, el ambiente y los músicos, (piano, contrabajo y batería) se iban relajando y las variaciones e improvisaciones iban mejorando, como cuando en ‘Playing with the wind’ Sobral empezó a percutir la cola del piano y a cantar buscando la resonancia dentro del propio instrumento en un alarde de pseudo locura surrealista o cuando en ‘Nem eu’ Salvador comenzó su interpretación susurrando y con un hilo de voz.
‘Por qué estamos aquí?’, preguntó Salvador cuando el concierto alcanzaba las dos horas. ‘El motivo es una canción’, se respondió el mismo. Llegaba la perla de noche, el triunfo que ha catapultado a este joven lisboeta a las pantallas y el oído de millones de europeos. Sobral, interpretaba ‘Amar pelos dois’, la canción que le dio el triunfo en Eurovisión, ante un público totalmente entregado. Un puente operístico y una pequeña jam eran las sorpresas que tenía en la manga para actualizar una balada que ha marcado la historia reciente de la música portuguesa.
Tras el éxito, continúa la sesión, el jazz vuelve al escenario. Estamos llegando al final del recital, pero Salvador avisa que hay bises preparados. No se muerde la lengua y no le gustan los artificios, así que tras ‘Ay amor’, el bolero que marca el punto y final de un concierto en el que en la última parte ha habido algunas sutiles imprecisiones fruto de la emoción, Sobral vuelve al escenario.
El epílogo lo conforman un tema en inglés ‘Ready for love again’, uno en portugués ‘Anda estragarme os planos’ y uno en catalán y a piano ‘Paraules d’amor’. Acabar con un hit de Serrat en Pedralbes demuestra la astucia de Salvador. Sabe ganarse al público y darle lo que quiere, por eso quizás consiguió el triunfo en Europa y por eso quizás consiguió borrar cualquier etiqueta para este gran artista que regaló una noche de 12 puntos.
Texto: Carlos Sanandrés @sanandres_c
Fotografías: Eva Ortiz @EvaOrtizSoler