Pablo López presenta un concierto único e inédito en dos días consecutivos y para ello ha escogido un ambiente íntimo y con mucho encanto. El dia 31 de mayo y 1 de junio ofrece dos shows 360 grados en el Real Club de Polo Barcelona, inaugurando y arrancando un nuevo festival en Barcelona, el CaixaBank Polo Music Festival. Nada más y nada menos que con un escenario circular rodeado de gradas para salvar puntos «muertos» y poder disfrutar así de una experiencia envolvente donde se va a poder ver, vivir y respirar a un Pablo por sus cuatro costados.
Disfrutando de @PabloLopezMusic por sus cuatro costados. No podía arrancar de mejor manera el @PoloMusicFest ♥️😍👏🏻 pic.twitter.com/16iVidTrtf
— Welivemusic (@welivemusic_es) 31 de mayo de 2019
Tras su sold-out en el Palau Sant Jordi el pasado diciembre, el artista malagueño no había vuelto a pisar Barcelona y lo hace con las entradas agotadísimas. Ha estado ocupado compaginando su papel de coach en “La Voz” con escribir y preparar nuevos temas.
Justo hace dos días arrojó una bomba en redes: un tema nuevo titulado «Me conocen” Y aunque no ha lanzado proyectos desde «Camino, fuego y libertad», llega de nuevo a llenar escenarios y hacernos vibrar.
López tiene previsto presentar este formato de concierto en 5 ocasiones, dos en Barcelona y seguidamente en Madrid, Sevilla y Valencia. Pablo, él solo con su piano, su voz y su público. Sin banda. En estado puro. Y es que Pablo es esencia y energía latente y con este planteamiento de espectáculo, seguro que nos eriza la piel a cada golpe de piano y a cada inspiración a milímetros de su micrófono.
El ambiente en el Real Club de Polo de Barcelona ha propiciado este escenario especial y es que Pablo López es el encargado de inaugurar este festival que durará hasta el 10 de junio con Jason Derulo como broche de este cartel que se cumplimenta además con The Original Alan Parsons Project Band and The Project, Ana Guerra, Miguel Poveda, Luz Casal y David Bisbal. En el previo al concierto hemos podido disfrutar de la Zona Market con los diferentes foodtrucks y los stands de bisutería y ropa vintage.
Una vez dentro hemos podido comprobar la gran puesta en escena: un piano Yamaha presidía el centro del stage y ocupando el resto del escenario y cubriendo los 360 grados, estaban repartidos distintos ambientes: mini-sets con sofás y algunos objetos. Un tresillo con su mesita supletoria y el Körg (piano electrónico), unas mesas al puro estilo piano-bar con su piano y una tragaperras, un piano más elegante con dos asientos de director y un último rincón con una escena de “estar en casa”.
Pablo ha intentado recrear los lugares dónde le vieron crecer, aquellas salas pequeñas dónde con un solo foco y no más de diez oyentes hacía lo mismo que hace a día de hoy: cantarnos historias propias con su piano y su voz convirtiéndolas así, en un poco nuestras.
Tan solo empezar ya se ha llevado la ovación del público que lo ha recibido con aplausos y en pie mientras él subía al escenario, paseándose entre la platea.

Como siempre a Pablo le encanta explicar anécdotillas y ha empezado el concierto invitándonos a su casa, a sus jamsesions y a calentar la voz cantándole “Tu enemigo”.
A medida que cambiaba de escenario, el piano iba girándose hacia los diferentes ángulos de las gradas.
Si hay algo que le caracteriza es como, mientras cuenta anécdotas, va tocando el piano y nos arranca sonrisas. Si a él se le ha notado comodísimo gestionando y pidiéndole al público en todo momento la dosis de palmas necesarias, al respetable aún más por la intensidad con la que se las dábamos. También le gusta invitar a alguien del público a subirse a las tablas y con “Dos palabras” que él mismo reconoce que le dan pánico, ha querido invitar al escenario a una seguidora que se encontraba entre el público.

Pablo no solo nos ha demostrado que es un virtuoso al piano sino que en cuánto ha cogido la guitarra ha cantado su mejor versión de “Te espero aquí” mezclándola con uno de los himnos de Joaquin Sabina “Y sin embargo». En este set también ha hecho subir a dos niñas para cantar junto a ellas “El Mundo».
Uno de los momentos más erizables ha sido cuando las gradas han encendido sus linternas para iluminar “Hijos del verbo amar” y reivindicar el amor y lo bonito que es quererse bien.

Pablo ha querido regalarnos, aquí en Barcelona dónde todo tiene su principio, su último tema “Me Conocen”. Se ha dejado la piel, el alma y todas las emociones que han conseguido hacer temblar a sus fans. Y para no hacer decaer la magia que estaba creando, ha decidido bajar los focos con el fin de crear un ambiente más íntimo y sin micro y a capella, sacarnos a jugar a «El patio”, todo un recreo de tres minutos y pico convertido en una catársis absoluta. Una catársis que sólo los que hemos estado aquí hemos podido llegar a entender. Indescriptible. Emocionante. Infinito. Único.
«Nos ha hecho ponernos en sus zapatos para poder ir a jugar al patio. Nos hemos sentido como el niño que juega con su gato. Y nos ha dejado un camino cantándole al amor. Estoy segura y puedo decir que ha sido «la mejor noche de mi vida». Si tenemos que resumir este concierto en tres palabras, serían las siguientes: “eres el jefe.»
Edición texto y fotografías: Eva Ortiz (@EvaOrtizSoler)