Visiblemente emocionado, el artista malagueño presentó los temas de su último disco en un show que duró más de dos horas
El compositor se sobrepuso a una caída en pleno directo y continuó con el espectáculo ante un Sant Jordi entregado
En la vorágine del pop actual, hay pocos artistas que huyan de artificios y apuesten por la naturalidad, la autenticidad y la emoción en su estado puro. Quizás, junto a su innegable talento, sea ese el verdadero éxito de Pablo López, un artista que ya lleva más de un lustro sobre los escenarios más potentes de nuestro país y que el pasado 15 de diciembre aterrizó en Barcelona para presentar su último trabajo: ‘Camino, fuerza y libertad’. Poco, o mucho si lo tomamos como germen de todo lo que vendría después, queda de aquel joven que en 2013 presentaba su primer disco, “Once historias y un piano” o de aquel tímido concursante de un talent en el cual vislumbraron su potencial.
Ante un público principalmente femenino, Pablo regaló una noche llena de fuerza, sensibilidad y libertad al presentar su tercer trabajo discográfico. El malagueño gusta a diferentes generaciones que le arroparon durante las más de dos horas que duró el show. Un espectáculo en el que junto a las composiciones del artista y su maestría al piano, destacó la sección cuerdas de la banda. Seis músicos que dotaron al concierto de majestuosidad y que pusieron de relevancia el verdadero poder de la música, una magia que se convierte en hechizo y embrujo al sumarle los versos del compositor.
Pasaban unos minutos de las 21.30 cuando López salió al escenario. El público, expectante, tras un caluroso recibimiento, enmudeció, ¿el secreto?: la sencillez con la que Pablo se presenta. Como uniforme, una camiseta blanca, un gorro y una americana, y como compañero, su inseparable piano de cola. El tema encargado de abrir el espectáculo fue “El camino”, canción que da título, en parte, al último álbum del artista andaluz y que vertebró la banda sonora de la película ‘Thi mai, rumbo a Vietnam’. Le siguió otro tema del disco que vio la luz hace ahora un año, “El niño”. En contraposición la lista la continuaba uno de sus primeros éxitos de masas, ‘VI’, coreado por los asistentes ansiosos de disfrutar al máximo de este compositor que se ha ganado a base de esfuerzo y tesón entrar en el olimpo tanto de las radiofórmulas como de la crítica musical.
El concierto siguió con más temas de ‘Camino, Fuego y Libertad’, concretamente fueron ‘La mejor noche de mi vida’, que Pablo interpretó a teclado para continuar con su último éxito ‘El patio’. Ha sido, una de las canciones de este 2018 que estamos a punto de cerrar y no podía faltar. Más que jugar solo, López aprovechó la energía que desprendía el público para continuar presentando temas: ‘El incendio’, ‘El teléfono, y ‘Lo imposible’ hicieron las delicias de sus seguidores más fieles.
Para los menos pablistas, el artista también tenía sorpresas, y es que tras un disco de oro y dos de platino, son muy pocos los que no conocen dos o tres hits del compositor malagueño. Como no podía ser de otra manera, López, rescató algunos temas de sus trabajos anteriores como ‘Hijos del verbo amar’ y ‘El mundo’, ambos incluidos en ‘El mundo y los amantes inocentes’. Es precisamente tras este repaso, cuando se produce el incidente de la noche. Pablo, en uno de sus parlamentos entre canción, invita a una fan a subir al escenario con él, cuando cae al foso. Tras un susto generalizado el artista vuelve a subir al escenario e interpreta ‘El gato’, junto a la pequeña seguidora. Pablo se ha hecho daño y su compañero Antonio Orozco, con el que actuará más tarde, sale al escenario para arroparlo.
El concierto se detiene unos minutos, pero López vuelve a escena envuelto en una gran ovación para interpretar ‘Suplicando’, ‘El futuro’ y ‘La libertad’, esta última provoca acaba con un Sant Jordi entregado al máximo y bajo un arcoíris de color. Así es como le da la bienvenida a Orozco, que vuelve a salir al escenario ahora sí, para interpretar junto a Pablo ‘Devuélveme la vida’ y ‘Lo saben mis zapatos’. Que será acabada por el malagueño.
Llevamos más de dos horas y cuarto de concierto y Pablo le ha cantado al amor, al desamor, a la libertad… pero no quiere irse sin interpretar su canción más social, su tema más comprometido. Y es que la tolerancia es el resultado del amor y la libertad unidos. ‘Tu enemigo’, el archipopular himno que cantó junto a Juanes, pone punto y final a un concierto, lleno de emociones. Una noche mágica llena de fuerza y sensibilidad. López seguirá con su camino. Si continúa como hasta ahora, volverá al Sant Jordi, que tras sus lágrimas el pasado sábado ya llora su marcha.
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Redactor: Carlos SanAndrés (@sanandres_c)
Fotografías: Cristina Ruiz (@unnika)