La poderosa, emocionante y a veces excéntrica música del incomparable Benjamin Clementine volvió a sonar en Barcelona el pasado día 21 de marzo en la sala grande de Razzmatazz, dentro del Festival Guitar BCN para presentar algunos de los temas de su nuevo trabajo discográfico “I tell a fly”.
Como único atrezo alrededor de su piano unos maniquís desnudos simbolizando personas alienadas por las redes sociales y ajenas a los conflictos globales que aquejan a nuestra sociedad. Precisamente, es su visión personal de estos conflictos la base que fundamenta este nuevo disco.
Vestido con un mono azul, descalzo como siempre, el cantante, pianista y compositor londinense cruzó el escenario a oscuras, silencioso, se sentó en su silla alta y empezó a desgranar al piano la balada “Farewell Sonata”, introducción para que los 3 músicos que le acompañan, también de azul y descalzos, ocupasen sus puestos y enlazasen con “God Save the Jungle” y “Phanton of Aleppoville”. Con “Condolence” se paseó por el escenario alentando a cantar al público que abarrotaba la sala. Siguieron “London”, “Nemesis”, “Port of Europe” (nuevamente requirió, o casi exigió, la participación del auditorio), “Ave Dreamer”, “Winston Churchill’s boy”, y “Quintessence”.
Ya en los bises interpretó el que quizás sea el tema más convencional de entre todas sus canciones, “Jupiter”, “Won’t Complain”, su obra maestra y voz interior “Cornerstone” y concluyendo la velada: “Adiós”.
Benjamin Clementine, poeta, tenor, soprano, divo, un Nina Simone, a veces surrealista y desconcertante, logra, sin duda, que la música compleja y poco corriente conecte con el público a través de su talento, su actuación, su teatralidad y su increíble entrega vocal.
Fotografías: Eva Ortiz | @EvaOrtizSoler
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