Adaptándose a las nuevas sonoridades, pero con su capacidad de emocionar intacta
El pasado sábado asistimos al macroconcierto de Alejandro Sanz en el RCD Stadium de Cornellà – El Prat. 35.000 personas y todas las entradas agotadas en el mayor de los recintos en los que el artista se ha enfrentado en Barcelona hasta la fecha en sus treinta años de carrera.
Bajo el influjo del macro concierto revival del 20 aniversario del álbum “Más” y presentando su último trabajo titulado #ElDisco, Sanz continúa con #LaGira de grandes estadios que empezó el 1 de junio en el Benito Villamarín (Sevilla) y que pasará por el Wanda Metropolitano (Madrid, día 15); por el Manuel Martínez Valero (Elche, día 21) y por el Monte do Gozo (Santiago de Compostela, día 6 de Julio).

Si de algo puede presumir Alejandro, además de su increíble capacidad para componer joyas en forma de canción y de los innumerables éxitos en su trayectoria (25 millones de discos vendidos, 20 Grammys Latinos y 3 Grammys americanos), es de entregarse totalmente en cada concierto a su fiel y variopinto público que abarca varias generaciones; así como de contar en cada gira con unos excelentísimos músicos de diversas partes del mundo.
Para #LaGira cuenta con una banda de doce musicazos (seis chicos y seis chicas) entre los que destacan los estadounidenses Michael Ciro (Guitarrista) , Karina Pasian (Coros) y los catalanes Pau Figueras( Guitarrista), Vic Mirallas (Teclados, Percusión y voces) y Txell Sust (Coros) entre otros.

A mi manera de entender, he visto a un Alejandro Sanz, en pleno proceso de búsqueda en directo. Adaptándose a las nuevas sonoridades de la música latina, pero sin dejar de lado su característico sello de gran baladista. En esta gira he visto como, poco a poco, está intentando encontrar e instalar en sus directos mucha más fusión de piezas urbanas con sus grandes clásicos de siempre y mezclando rap, funk, son cubano, rumba y balada tradicional.
El show arrancó con media hora de retraso y con el tema “Hoy que no estás”, tal y como habría los conciertos en su gira Más. Le siguió una de las piezas de su nuevo trabajo, “Azúcar en un Bowl”, antes de regalar al público la primera de las sorpresas de la noche. El show empezaba fuerte ya en la tercera canción y el público estaba completamente alucinado con semejante inicio de concierto.
«Tengo una amiga que cuando nos juntamos es como esos eclipses que ocurren muy de vez en cuando pero que espero con un cristal en los ojos para que no se me escape nada. Una amiga que sólo con su cercanía se me regula el PH del alma y si yo pudiera pedir un deseo para este concierto sería cantar con ella. No me di por vencido, a pesar de que ella es un planeta que habita en otra galaxia, le pregunte si vendría a darnos un abrazo. Les presentó a mi planeta favorito: Shakira.»
Con esta presentación Sanz invitó a Shakira al escenario. La colombiana entró arrasando como un ciclón y juntos interpretaron su conocidísimo hit “La Tortura”.
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Durante toda la noche fue mezclando clásicos de su repertorio con varios medleys donde aglutinó fragmentos de canciones como “El Alma al aire”, “Regálame la silla donde te esperé”, “Y si fuera ella”, “Amiga mía”, “Mi soledad y yo” entre otras, con sonidos más latinos como “Back in the city” un son cubano con 45 bailarines montando un auténtico festival encima del escenario, o el rap de “La peleíta”. Con la maravillosa “Yo no tengo nada” invitó al cantaor Arcángel en un emotivo dúo que provocó un rotundo aplauso. “Capitan Tapón”, “Looking, for paradise”, “Mi marciana” o una increíble versión soul de “Lo que fui es lo que soy” dieron paso a uno de los momentos más especiales del show.
Alejandro interpretaba el desgarrador tema “El trato” cuando su voz se quebró en los primeros compases. Arrancó a llorar de emoción sin poder evitarlo. Paró la canción y la banda durante varios minutos y se tapó la cara (gesto que se ha hecho viral en la red).
El público lo recibió con un larguísimo aplauso y con miles de globos blancos luminosos, lo cual le provocó aún más emoción y lágrimas.
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Yo que reconozco esa sensación sobre un escenario de no poder articular palabra por lo que estás sintiendo, empaticé profundamente con Sanz. Sufrí por él hasta que se repuso y pudo volver a cantar otra vez esta canción, que seguro le remueve demasiadas cosas por dentro.
Para recuperarse continuó con “Quisiera ser” y “Yo te traigo”. En los bises, y como nos tiene acostumbrados, se quedó solo junto al piano para interpretar “Yo sé que la gente piensa” y “¿Lo ves?”. Tras estos temas, Sanz presentó a la última invitada de la noche: Judit Neddermann. Ambos cantaron a dúo, alternando el catalán y el castellano, la canción “Este segundo” (incluida en #ElDisco), generando un mágico e íntimo momento.
Para fin de fiesta, como no podía poder ser de otra manera, “Corazón Partío” con todo el estadio en pie bailando su archiconocida rumbita.
Una vez más Alejando Sanz demostró que tiene un show de una calidad musical excelsa, y donde mantiene intacto su carisma y capacidad de emocionar y conectar con su público, aunque para mi gusto, quizás no acaba de encontrar el equilibrio entre los diversos estilos adecuadamente para que el ritmo del show no se resienta en ciertos momentos. A pesar de todo Alejandro Sanz arrasó Cornellá y demostró una vez más porqué es quien es y está donde está.